La tarde tenía varios elementos especiales, por el lado positivo, era conocido que la banda había realizado un esfuerzo por venir a tocar para el club. Están dándole las últimas vueltas a su esperado nuevo disco, del que, estamos convencidos, les va a relanzar hasta situarlos donde se merecen, que es… ¡Bueno! Cada cosa a su momento.
La presentación de quien ya tocó para el Club, —le debió poner tanto corazón a sus explicaciones—, sumado a que siete años para The Buzzos sin pasar por Badajoz eran demasiados, sumaron ingredientes para crear un contexto favorable y receptivo, que facilitó la logística, hasta conseguir que sacaran un hueco para subirse al escenario del club.
Pero faltaba la sorpresa negativa, las más triste que se le puede contar a un músico: El Club Conciertos y Badajoz entero se quedan sin la Sala Mercantil tras 21 años y 3.000 conciertos. A finales del mes de junio echa el cierre. Noticia que también cogió por sorpresa a gran parte del público. Bastante plural, por cierto. Niños, un puñado, gracias a los horarios en los que programa el Club, y entrados en los sesenta también unos cuantos. A ver quién dice luego que la música no une generaciones. En total unas cien personas, todas deseosas de Rock’n’Roll, las que a las 17:30 horas del sábado 2 de junio de 2018 eligieron comenzar el Día de la Diversidad pacense con The Buzzos.
“De haber conocido la noticia no hubiésemos encontrado una banda mejor para tal motivo. Es muy de actitud rockera reponerse de los palos y qué mejor que The Buzzos para llenar de Rock’n’Roll este improvisado homenaje”, se afirmó desde el Club para presentarlos.
Sonaba la intro, se subían al escenario esos cinco monstruos y comenzaba su descarga de rock genuino. El sonido espectacular, como viene siendo costumbre con Oliver en la mesa.
Comenzaron tan contundentes, tan buenos son, que el público se quedó entre expectante y anonadado. Inicialmente solo se movía “Tequila”, habitual, ya casi fijo, en el público de los bolos del Club. Los cinco monstruos llevaban dos canciones y estaban sonando tan contundentes que nos fuimos dando cuenta de lo que teníamos enfrente. Se empezaba a escuchar un runrún constante, halagos en forma de monosílabos y caras de satisfacción, a la vez que se notaba más movimiento en la sala cada instante que pasaba.
Un detalle que reseñar es que, aunque el Club mueve un público entendido y respetuoso, esto no implica que siempre algún despistado se dedique a hablar en plan corrillo. Pues bien, si echabas una mirada panorámica, comprobabas que absolutamente todo el mundo, incluidos Tony, desde la puerta, y Holly y David, en la barra, no quitaban ojo al concierto. ¡Flipándolo!
Flecha defendiendo los temas con voz raspada en un inglés entendible.
Fernan daba la contundencia necesaria desde los bombos y Juan ponía la parte rítmica al bajo, muy disfrutón.
Las dos guitarras haciendo flipar, Diego marcando acordes rocanroleros a la vez que dirigiendo todo en plan playmaker, satisfecho de cómo sonaba el quinteto.
Alex interactuó muchísimo con el público, hasta el punto de retar a Tequila, uno exprimiendo las seis cuerdas en el territorio del público hasta rozar suelo sin dejar de tocar y el otro evitando el suelo desafiando a las leyes de la física y de la educación física… momento apoteosis del más difícil todavía total.
Se marcaron canciones prácticamente de todos sus trabajos. Cuando llevaban una hora de bolo cayó Glory days, subiendo ese puntito que ya ni el público ni ellos mismos permitieron que bajase.
Dedicaron un temita a los niños, que personificó Jairo, y a las mamás y papás que los educan trayéndoles a conciertos.
Era de esperar que el single adelanto de su nuevo disco lanzado cinco días antes cayese. Running to you suena a Eagles of death metal. Pienso que es un sonido más actual, pero mantiene la esencia The Buzzos.
Si hasta el momento eran de las pocas, o únicas, bandas del panorama nacional, a excepción de los míticos Sex Museum —a los que también me recuerdan en este tema—, que conseguían un sonido hard rock escandinavo rollo Backyard Babies o Hellacopters, ahora se sacan este tema más rollo High Energy, con estribillo “I ll come running to you” y coro “If you want me” que lo hace súper pegadizo desde la primera escucha.
Tanto que lo podrían firmar los mismísimos Turbonegro.
The Buzzos fueron valientes y generosos. Tocaron otra primicia del disco que saldrá el 14 de septiembre. Si el trabajo completo mantiene la línea de estos dos temas que se marcaron, —conociendo a la banda sospechamos que así será—, puedo afirmar que habrán conseguido hacer el disco que muchos intentan y pocos consiguen.
Estaremos muy pendientes.
Llegaron los bises y para despedirse se marcaron tres versiones It’s so easy, de Guns N’ Roses, Search and Destroy, de The Stooges, y la tercera y, ahora sí, última canción después de hora y media de concierto, un tema que inicialmente sonaba al Smoke on the Water, de Deep Purple, para resultar ser el mítico Fortunate Son de la Creedence Clearwater Revival.
Hubiese molado y pegado una cuarta: Satisfaction, de sus Satánicas Majestades, porque estamos seguros de que, a Flecha, Diego, Juan, Fernan y Alex, les quedó la satisfacción de saber que esa tarde le administraron al Mercantil la dosis de Rock’n’Roll necesaria para cerrar con dignidad este mítico santuario pacense.