Club
Conciertos
Badajoz

Le Redtubers. EsperPunk en familia, para desquitarse de frío

Que su frontman, Rulo Knalla, jugaba en casa quedó patente desde el minuto cero. Además de a los fieles asociados del Club Conciertos Badajoz, Rulo reunió a la pandilla del parque de su hija, acompañada de sus progenitores y a una muestra de los, y sobre todo las, punkis pacenses, restos del local verde y de la nave esa que desde el inicio okuparon la primera fila del Mercantil botando y skaleteando sin pausa.

Fueron alrededor de media docena los momentos que reventaron el sharp de la actuación, vaya por delante que sonaron contundentes y sus letras no dejan títere con cabeza.

Pero comencemos por el principio. Ya la presentación que hizo Fer Cabezadeavestruz, hermano de Rulo, daba pistas de lo que nos esperaba: familia y surrealismo a partes casi iguales. Bromeó diciendo que él se subía allí para “hablar de su libro” y no desaprovechó la ocasión sugiriendo visitar algún punto de venta. Después afirmó que los Redtubers tenían como objetivo el tocar las narices y dio paso a la banda, que apareció con Bertín Osborne de fondo. Siento reconocer que para mí fue algo así como cuando Castillejo salía al ring y sonaba “Bandido”, de nuestras paisanas Azúcar Moreno. En esta vida, siempre a alguien que te superará, pero se quedaron cerca con el ¿impresentable? Bertín. Seguro que dieron por buena la breve presentación de Fer, ya habían tocado las narices, espíritu punk 100% descostrado y así, sin anestesia, a las 20:20 h. ya contábamos dos momentos top y aún ni la banda había entonado un acorde, ni Rulo abierto la boca.

Comenzó el concierto, decimos, sin anestesia, con “Aznarízate”. Después reconocimos que somos la generación que creció con el “Porno Codificado”, “Casino Pipermint” y “Terapia Deportiva” dieron paso a “Bodyplof”, donde pidió colaboración al público en los coros.

Tras este temazo, preguntó a su hermano, entre el público, por sus padres. Fer, que en ese preciso momento este estaba al teléfono con mamá, ni corto ni perezoso se lo pasó al cantante mientras el público, que para ese momento rondaban la centena, atónito presenció esta entrañable estampa familiar. Rulo insistía a su madre en que no tardasen… ¡que ya llevaban seis temas!. “Sí, mamá estamos en directo aquí esperando… En el Mercantil, claro mamá, tu hijo está actuando en el Mercantil…” Momento #sharp3.

Y que es Rulo tenía licencia para todo. Los padres llegaron y, directos al escenario; subieron la mamá y la hija del cantante.

Pero no todo podía ser a favor, no todo calor de familia y amigos, la vida es dura y los rockeros lo sabemos. Poco a poco, de forma sibilina, entre tema y tema, entre momento sharp y momento sharp, se escuchaban unos acordes que recordaban al mítico Frío de los Alarma o del disco Txarrena del señor Enrique Villarreal. Para los novatos, aclararemos que es el tema que Rulo se subió a cantar a dúo con Maribel (La Mendinga) en el último bolo del Club, momento que aquí calificamos como de “peculiar”. Al resto de los Redtubers les habían llegado noticias de primera mano y sus calificativos no eran tan políticamente correctos. Rulo se dio por aludido mencionado a La Mendiga en varias ocasiones y según avanzaba la presión metía sus cuñitas «joder con Eutanasia, lo hacía y no pasaba nada, ¿verdad, Raúl Koala?» empatizando con el cantante y guitarra de la mítica banda pacense.

Los temas siguieron cayendo:  “Si bemol”, “Opositor Suicida” y con la “Balada al Biter Kas” se desplazó hasta la barra sin dejar de cantar para que le sirvieron la genuina bebida que, nos sorprendió, estaba en existencias. Se apuntó cuarto momento sharp de la tarde noche.

Tan centrados estábamos en Rulo que puede parecer que no nos percatáramos del gran Borja, cantándose algunos temas, apoyando con los coros, marcándose un sonidazo con la guitarra… ¡menudo monstruo!

Acompañado con las otras seis cuerdas de Marco, que aportó lo suyo. Y la no menos espectacular, sección rítmica con Alberto (El Gran Quelonio) que venía a cubrir la «baja del bajista habitual» y parecía que llevaba toda la vida con Le Redtubers. Ferdi, ese pedazo de batería, ponía un ritmo rápido rápido a los temas con la exigencia que requiere conseguirlo. Otro batería hizo su aparición en el escenario: Valle (Radio Station). Fue saludando casi de uno en uno a todos, empezando por Tony, en la puerta, hasta los músicos, aunque para ello hiciese falta subirse al escenario mientras tocaban. Se marcó un coro y saludó apuntándose el momento five sharp sin quitarse el abrigo y, a su vez, dio presencia en cuerpo y alma a las otras dos bandas que hasta el momento han tocado en el Club, curiosamente originarias de Badajoz, Cáceres y Mérida.

Aunque Rulo jugase en casa Le Redtubers son de Mérida, ensayan en Mérida y de allí son todos menos él. Esperamos que el sábado se sintiesen como en casa, haciendo latente esa idea de que la música une y las fronteras separan.

Entre “Anarquistas” y “Trump” nos plantamos en poco más de una hora de descarga de adrenalina y sin dejar el escenario envidaron a los bises. Momento en el que el público, en lugar de otra, otra, otra… como solicitaba Rulo, gritó Frío, Frío, Frío… Guante que cogió deseoso Borja y respondió entonándolo, esta vez con fuerza. Ferdi no tardó en meter la batería en el juego y, en décimas de segundo, la otra guitarra y el bajo estaban marcándose el instrumental del mítico y consabido tema. Rulo risueño, relataba medio por lo bajini «qué cabrones».

Lejos de leerlo como una encerrona, pasó a verlo como una oportunidad y comenzó a entonarla cálidamente, arropado de sus Le Redtubers y el fiel, ya a esas alturas más que entregado público. Dio oportunidad de marcase estrofas a las primeras filas y defendió con solvencia y a su estilo este temazo, enterrando así una de las primeras anécdotas de este Club Conciertos Badajoz, «Qué os creíais, sabérmela me la sabia», gritaba entre eufórico y liberado, apuntándose el sexto momento culmen de la ya entrada noche.

Media hora larga de bises en los que presentó a la banda, agradeció el sonido y auguró larga vida al Club. Para finalizar, un pegadizo y cañero “Viva la Revolución” con tintes chicanos; así cerró un singular conciertazo que, si tuviésemos que definir con una sola palabra, no nos deja más remedio que inventárnosla y calificarlo de “EsperPunktico”.

 

El bolo en imágenes