El trío malagueño llegaba en un momento raro ya que el Club Conciertos Badajoz venía de tres eventos muy tochos.
Primero la Terraza del López con los Hairy Nipples y el gran Kike Kanaya con sus vinilos, iniciando el curso escolar tras el parón veraniego por todo lo alto en una plácida noche de septiembre.
En segundo lugar, octubre trajo a los Chicos añadidos a el Gobierno, de eso ya hemos escrito y contado en «Te loas perdío». Y la segunda edición de los Libros Sonoros cierra este triplete… que ni la champions, la liga y la copa pueden igualar.
Break the Senses tenían su cita en noviembre en un sábado que coincidía en día con la Banda del chino Flores y con Belako y tanto en día como en hora con la fiesta 501 (a nivel de estilo no nos afecta, pero si sociológicamente ya que al final somos los que somos).
A esto se le sumaba que, en lugar de hacer coincidir el aniversario del club con el último de calendario (seria con este de noviembre de 2024), el Club lo posponía para algo especial en diciembre. Esa misma noche el Club iba hacer estallar en forma de noticia lo que ya mucha gente sabía (o al menos había escuchado campanas): en diciembre, por el aniversario, caerá otra bomba juntando en concierto a la mitiquísima banda pacense DarkSounD.
En ese contexto les tocaba actuar a Rocío, Priscila y Alex.
Pero el tormentón de la segunda DANA de ese cambio climático (que aún algunos siguen negando) de la noche del viernes y las réplicas lluviosas del sábado por la mañana asustaron, pero remitieron.
El giro pudo ser que minutos antes de las ocho de la mañana, Rebels (tema que da título a su recién salido tercer disco) sonó en Radio 3, salió el sol y quedó una tarde plácida de veinte grados que invitaba tanto a salir a la calle como a refugiarse cuando el solicito se fuera.
El Círculo Pacense comenzó a coger forma: asociadas, los de siempre que no acaban de asociarse y muchas caras nuevas, perfil no de entrada joven, pero si “millennials”. Así nos pusimos en algo más de cien almas. Por lo que, a las ocho en punto de la tarde, prácticamente doce horas después de que la radio me despertase con Break the Senses, comenzaban a sonar encima del escenario del Círculo.
La prueba de sonido ya dio pistas de esos cambios de registro de voz que caracterizan a Rocío, que pasa de la dulzura a la rabia sin estación media y el directo lo confirmó con creces. Ella misma a la guitarra aceleraba y frenaba dirigiendo, Priscila daba la cobertura necesaria a su “hermana”, metía coros y voces igual de potentes que el bajo que tocaba, Alex conseguía que la batería diera contundencia sin romper la belleza que salía de los sonidos y voces de ellas.
Sonaron bien, bien, bien y así iban anonadando al público que cada vez se acercaba más al escenario, atraídos por un sonido cómodo, agradable que de repente tornaba en ira sin romper ese equilibrio conseguido desde el primer instante, hasta que llegó el momento teclado y… los pocos que quedaban en la barra o habían salido a fumar entraban como si las teclas fueran la flauta de Hamelín.
“Qué maravilla”. “Qué buenas son, no las conocía y ya soy muy fan de ellas”.
Rezaba cada cual con un slogan similar, que ponía de acuerdo tanto a quien calzaba unas J´Hayber como unas Adidas Spezial. Podemos resumirlas en una palabra: embaucadoras.
Tal y como afirmo Rocío:
“Gracias por venir a ver una banda desconocida que canta en inglés y habla en andaluz”
“Gracias por votarnos, gracias por apoyarnos. Gracias al Club”
Y desde el Club solo nos queda responder: gracias a Frank Towers por descubrírnosla, a Pepo por proponerlas, a Julio y Raúl, porque la iluminación y el sonido de este complicado espacio fue una maravilla.
Y sobre todo GRACIAS a Break the Senses la auténtica banda revelación del Club, eran la banda escondida, llegaron a este tan incomparable como gigante espacio que es el Circulo Pacense, crearon su propia atmósfera sonora, increíblemente mágica y fueron ellas las que poco a poco se metieron el Círculo en el bolsillo hasta “Rompernos las Sensaciones”.